El pusilánime

El peor engaño, considero, es la negación de lo inherente a uno
El remordimiento por el exceso de bondad permanecerá
El tiempo inútil, procura intervenir sobre el dolor
La falsa afirmación de una buena condición
Que en realidad camufla con suavidad la fuerte verdad
Sé que está presente, que es beneficiosa, pero hiere.

Tal vez el ego rebota como un globo dentro de una habitación
Oscura y llena de agujas, pero sin hilos ni dedales.
Puede que el elemento humano interfiera como obstáculo
Encontrándome así inmovilizado en mi ser, en mi impericia.
Embriagante redención se siente al exiliar lo insondable
Aquello que nadie nunca jamás comprenderá.

El adiós no existe entre etéreas pasiones
Permanecen por siempre aquellos fragmentos olor a canela
Dentro de cada quien que permita medrar con fuertes experiencias.
La expresión afligida se torna inevitable durante la transfiguración
No grave, mas bien agudo se presenta el suplicio, persistente, eterno
Aparenta inquietud, cuando en realidad es mentor.

La soledad provocadora apacigua y reímos a la par
A carcajadas de los banales dilemas terrenales que aparecen
Se disipan y marchan junto al ilusorio tiempo.
El refugio mas confortable es nuestra verdad
Más placentera que un trozo de vino con queso
Más placentero que respirar sobre su pecho...

Es menester desatarse del deseo ahora
La ansiedad corroe pero no mata
Sin recordar muy atrás, persistir
Y navegar junto a la senda ecuánime
Que exhala el hipócrita desasosiego. 


Comentarios

Entradas populares